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Mostrando entradas de enero, 2013

Oro, incienso y... Baltasar

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(*) Un único apunte: este relato se puede considerar como continuación de El Juego, el primer relato que subí al blog en diciembre. Os recomiendo su lectura para entender ciertas cosas de esta segunda parte, si aún no lo habéis hecho. — ¡Tíaaaa! ¡Si no vuelve usted aquí esto se va a convertir en el camarote de los hermanos Marx! —gritó Teresa, desde el interior del salón parroquial. Los niños, vestidos de pastores, ángeles y otros personajes del belén, corrían detrás de las gallinas, que cloqueaban locamente por toda la sala. La mula y el buey ─dos niños de nueve años bastante robustos─ dispersaban la paja muy hábilmente. Teresa intentó poner orden persiguiendo primero a unos y luego a otros, pero no coordinaba una. Finalmente, optó por sentarse a contemplar la caótica escena.

El hijo

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Señora, hoy me he llevado el susto más grande que se pueda imaginar. Estaba atareada en la cocina, como todas las mañanas, pelando patatas y lavando tomates, hablando con las cocineras de los chismes que corren por la ciudad –de esos que a todas nos entretienen y nos hacen gracia-, cuando al darme la vuelta me encuentro cara a cara, Dios nos ampare, con la viva imagen del señor don Martín en sus años mozos. Enfadado y muy serio estaba.

Despertar

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Tuve que escribir un RELATO utilizando el siguiente tópico literario: FUGIT IRREPARABILE TEMPUS (El tiempo pasa irremediablemente): Carácter irrecuperable del tiempo vivido: evocación de la condición fugaz de la vida humana. Y se me ocurrió esto... Tenía que rechazarlo... Es difícil mostrar que puede recuperarse el tiempo vivido. ¡Es que no se puede! @@@@@@@@@@@@@@@@@@ Clara despertó aquella mañana más descansada y relajada que nunca. Thomas, su marido, dormía a su lado. Se giró hacia su espalda, lo abrazó, y besó su cuello tiernamente. Tenía una imperiosa necesidad de mostrarle su amor, como si hiciera mucho tiempo desde la última vez.

¡Qué sabrás tú!

Su nombre no importa. En su mente, algo confusa, se agolpaban multitud de imágenes. [...] Llovía mucho: torrencialmente. Encogida bajo el paraguas procuraba no moverse. La gabardina mojada protegía algo más que sus exiguas carnes frías: un corazón impetuoso, a punto de estallar.  Dos jóvenes, pisando los charcos con decisión, venían hacia ella... ¿Quién era ese? Las gotas de lluvia salpicaban su rostro, pero no evitaron que se fijara en el acompañante de su compatriota alemán. El recado, destino Colonia, pasó a un segundo plano. — Hallo ... ¿Qué quieres que les lleve a tus padres? —  le preguntó el germano, haciéndola volver en sí. — Esto. —  Bruscamente, colocó un paquete echando aguas en sus grandes y lechosas manos. — ¡Maldito paquete! —  exclamó, mientras miraba de reojo al desconocido amigo.  Notó sus ojos negros clavados en ella. Un escalofrío la recorrió de arriba abajo y erizó el bello de sus brazos. — Este es Alberto García  — oía sin escuchar — , compañero de habitación

La Plaga

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Tuve que escribir un relato empezando por la siguiente frase: "¡El Servicio Especial de Protección Civil saluda a la comarca!", y se me ocurrió lo siguiente... @@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@ ¡El Servicio Especial de Protección Civil saluda a la comarca! Estamos aquí para velar por su seguridad. Ante la colonia cada vez más numerosa de cochinillas, que lleva varios días campando a sus anchas en campos, parques y jardines, necesitamos su colaboración para que esta misión llegue a buen término. Así que, juntamente con el Señor Alcalde, y para evitar males mayores, les exhortamos a cumplir con el mayor empeño cada una de las siguientes normas :