Despertar
Tuve que escribir un RELATO utilizando el siguiente tópico literario: FUGIT
IRREPARABILE TEMPUS (El tiempo pasa
irremediablemente): Carácter irrecuperable del tiempo vivido: evocación de la condición
fugaz de la vida humana. Y se me ocurrió esto... Tenía que rechazarlo... Es difícil mostrar que puede recuperarse el tiempo vivido. ¡Es que no se puede!
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Clara despertó aquella mañana más descansada y
relajada que nunca.
Thomas, su marido, dormía a su lado. Se giró hacia
su espalda, lo abrazó, y besó su cuello tiernamente. Tenía una imperiosa
necesidad de mostrarle su amor, como si hiciera mucho tiempo desde la última
vez.
No recordaba exactamente qué había ocurrido la
noche anterior. Nada que lamentar, nada de lo que arrepentirse; comenzó ese día
como si fuera único en el mundo. Se levantó, recogió su pelo con una gomilla que
llevaba en la muñeca derecha, y se puso su bata de seda.
Caminó sigilosamente hacia la habitación de sus
hijos de diez, ocho y cuatro años. Se asomó con la extraña sensación de ser el
primer día de ese intento. ¡Qué raro! La noche anterior tuvo que haberse tomado
una tila bastante cargada.
Los niños, riéndose a carcajadas, corrieron precipitadamente hacia ella; la abrazaron, la besaron, la llamaron “mamá”. ¡Cuánto los quería! ¡Haría cualquier cosa por ellos!
Los niños, riéndose a carcajadas, corrieron precipitadamente hacia ella; la abrazaron, la besaron, la llamaron “mamá”. ¡Cuánto los quería! ¡Haría cualquier cosa por ellos!
Tenían una excursión pendiente. Mientras Clara preparaba el desayuno, los críos despertaron a su padre; preguntándole, nerviosos, cuándo se iban a ir.
Thomas se acercó a su esposa; le dio un beso que le
supo a miel. Ella lo miró, sonriente y agradecida por tenerlo allí, con ellos. Se
sentaron todos juntos a desayunar. Sentía que echaba aquello de menos y que no habían
tenido muchas oportunidades como esa.
En
el jeep cabían cinco personas. Había preparado comida y merienda para cuatro.
- Mamá,
¿por qué no te vienes con nosotros? –le preguntaron sus hijos.
Cerca de su destino pudieron distinguir a lo lejos
la entrada al parque natural. La carretera estaba llena de baches. Clara le dijo
a Thomas que no se apresurara. No tenían prisa. “El tiempo es oro”; frase que
llevaba grabada a fuego en el corazón. Junto a ellos era más que oro.
Un ciervo se les echó encima. Thomas no lo había visto. Clara supo que tenía que hacerlo; le movió bruscamente el volante y su marido pudo sortear al animal fácilmente. Los niños, paralizados, respiraron hondo. ¡Qué susto!
¿Qué había hecho? Clara, con un nudo en el
estómago, recordó…
Recordó
que llevaba una caja de pastillas en su bolso… Recordó, al cogerla, que su familia
había muerto ese día, en ese momento… Recordó que, loca y desesperada, había
acudido a un chamán.
-¿Con esto puedo recuperar el tiempo
vivido?
-Sí, pero es importante que tenga claro
qué hará con él.
Buen ritmo de publicación, nos acostumbras muy bien.
ResponderEliminarEn la línea del texto anterior, gran final y una historia que te hace pensar y valorar lo que tenemos.
Enhorabuena, un saludo.
Sí, pasamos por la vida sin valorar lo que tenemos delante. Gracias Emilio!
EliminarMuy bueno!
ResponderEliminarMe alegra que te guste!
EliminarComo siempre muy bueno.....con el final se me ha quedado el corazón encogido!!!!
ResponderEliminarNormal que encoja, Moni, a mí también jejeje...
EliminarEnhorabuena, Elena, te ha salido un magnífico relato. Coincido con los anteriores en destacar el final, ese estremecimiento que hace que la lectura sea algo más que pasar la vista sobre unas palabras.
ResponderEliminarAyyyy.... cuánto he tardao en contestarte. Este es el relato más leido hasta ahora. Sorprendente. Un abrazo, amigo.
EliminarMe ha encantado Elena. Como siempre, un placer leerte.
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo
Gracias Tony. Para mí tambien es un placer leerte. Un abrazo
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